En este mundo en el que vivimos, en el que de una forma u otra dependemos del mar y de sus productos, se ha estado pescando y extrayendo del océano cantidades ingentes de pescado durante décadas y sin el control oportuno. Esto ha desembocado en una crisis pesquera a nivel mundial; cada vez con más frecuencia los stocks de las especies más importantes (a nivel pesquero) se colapsan y prácticamente desaparecen. Tras haber agotado los grandes peces depredadores, se pescan especies cada vez más pequeñas hasta acabar completamente con el ecosistema marino, quedando los océanos llenos de medusas y pequeños peces.
La Pescadilla que se muerde la cola
La sobrepesca ha provocado un descenso en el rendimiento de las pesquerías; cada vez hay menos peces y cuesta más pescarlos…a menudo tanto que no sale rentable. Utópicamente, llegados a este punto, no se podría seguir pescando, las comunidades de peces se recuperarían y entonces, volvería a ser rentable salir a pescar; sería un ciclo en el que el equilibrio del ecosistema se restablecería por sí solo.
Lamentablemente, en realidad no es así, los gobiernos deciden solucionar el problema a corto plazo de una manera cómoda y rápida: conceder subvenciones para que grandes empresas aumenten su capacidad pesquera y el negocio de la pesca sea rentable, aunque resulte una práctica totalmente insostenible; cada vez quedan menos peces y no hace falta ser un genio para adivinar cuál será el resultado si se sigue pescando en lugar de dejar que se recupere la población…
En 2002, la crisis de la pesca europea llegó a un punto en el que los miembros de la UE se vieron obligados a comprometerse a reconstruir sus stocks hasta un nivel sostenible. Diez años después, en 2012, el 47% de las poblaciones de peces evaluadas en el Atlántico están sobreexplotadas y en el Mediterráneo la cifra sube hasta el 90%.
La reforma necesaria
2012 fue el año fijado para reformar la Política Pesquera Común (PPC), una reforma que claramente debía centrarse en la necesidad de restablecer las poblaciones de peces para aumentar los ingresos y el empleo en el sector pesquero de la UE.
Fue en este momento cuando la presión ciudadana, la precaria situación del sector pesquero y la alarmante situación del medio marino llevaron a la Comisión de Pesca del Parlamento Europeo a aprobar el informe Rodust, una propuesta de reforma que contempla objetivos ambiciosos y restricciones para acabar con la sobrepesca.
Pero eso fue solo el principio, el informe Rodust debía ser aprobado por el Parlamento Europeo y así fue el pasado 6 de Febrero en Estrasburgo. Qué buena noticia! El Parlamento Europeo apoya el restablecimiento de las poblaciones de peces hasta 2020…y esto ¿qué significa?
El Parlamento apoya-pretende:
- fijar una fecha cercana para acabar con la sobrepesca
- establecer un objetivo claro para la recuperación de los stocks
- premiar a los pescadores que pescan de una manera más sostenible desde la perspectiva social y ambiental a través de un acceso prioritario a los recursos.
Pero la cosa no termina aun…
El Consejo de ministros también tiene un papel importante en la aprobación de la reforma. Ahora que la familia europea se ha puesto de acuerdo y saben lo que quieren, tienen que reunirse para discutir, negociar e intentar convencer a los tíos y los primos, el conocido Consejo de ministros y será entonces cuando terminarán la ansiada reforma de la PPC.
Todavía queda mucho trabajo antes de que finalmente la nueva PPC esté lista, pero los resultados obtenidos hasta ahora son tan importantes como alentadores y aprovecho unas líneas para agradecer y animar a las plataformas y coaliciones como OCEANA Y OCEAN2012 que están trabajando duro día a día para presionar y asegurarse que la reforma siga por buen camino en pro de una buena gestión pesquera que proporcione beneficios duraderos tanto a ciudadanos como a las comunidades pesqueras y el entorno marino. Al fin y al cabo, está más que demostrado que el sistema colapsa al infravalorar esta interdependencia entre el entorno, los recursos y nosotros los humanos…
