Ya disponemos de los conocimientos técnicos básicos para poder determinar una exposición correcta, tanto con luz solar como con luz de flash. Abordemos ahora otro de los conceptos imprescindibles en fotografía: el enfoque
Plano de enfoque
Al analizar una fotografía que muestra motivos a distintas distancias, es frecuente que podamos distinguir con nitidez varias zonas, mientras que otras partes de la imagen, más alejadas o más cercanas a la cámara, aparecen borrosas o difuminadas. Decimos entonces que las áreas nítidas están enfocadas, mientras que las que no tienen nitidez, están desenfocadas en mayor o menor grado. Es un concepto intuitivo y fácil de entender, aunque no es estrictamente cierto: en realidad, solo hay un plano de la imagen (situado a una determinada distancia del sensor de la cámara) que está perfectamente enfocado, mientras que hacia detrás o hacia delante de este plano (Llamado plano de enfoque) la imagen se va difuminando lentamente, es decir, desenfocando. Este desenfoque no es brusco, sino progresivo, siendo difícil establecer una distancia exacta desde el plano de enfoque a partir de la cual lo enfocado pasa a estar desenfocado. Es por ello que consideramos como “suficientemente enfocada” una determinada porción de la imagen por delante y por detrás del plano de enfoque que mantiene una nitidez aceptable, siendo este un concepto bastante subjetivo. Nos podemos dar cuenta de ello mirando una imagen reproducida a distintos tamaños: el ojo de un pez que nos parece enfocado en la pantalla LCD de nuestra cámara, puede dejar de parecerlo cuando vemos la misma foto a mayor tamaño en la pantalla del ordenador.
Profundidad de campo
Esta porción de la imagen por delante y por detrás del plano de enfoque, que consideramos suficientemente enfocada, es lo que conocemos como profundidad de campo. La profundidad de campo es mayor cuando el plano de enfoque esta lejos de nuestra cámara y decrece a medida que lo acercamos. También es mayor hacia detrás del plano de enfoque que hacia delante (Como regla aproximada, se suele decir que 2/3 por detrás y 1/3 por delante) cuando enfocamos un sujeto lejano, pero esa diferencia se reduce cuando el enfoque se realiza a corta distancia, llegando a ser casi la misma por detrás y por delante para una relación de reproducción 1:1 (Aquella en la que el sujeto se representa en el sensor al mismo tamaño que en la realidad) o mayor. Sobre este reparto de la profundidad de campo no tenemos posibilidad de intervención, pero sí la tenemos en cuanto a la profundidad de campo global de una escena a través de la apertura de la lente: a medida que cerremos el diafragma, aumentaremos la profundidad de campo y viceversa. Esto es muy importante en fotografía, ya que la elección voluntaria de una mayor o menor profundidad de campo se puede convertir en un elemento expresivo, al permitir destacar un plano (Y por tanto un sujeto o una zona de un sujeto colocados en dicho plano) del resto mediante una profundidad de campo reducida, o dar una mayor sensación de perspectiva gracias al uso de una gran profundidad de campo. Las fotos que te mostramos como ejemplo pueden ayudarte a comprender mejor este concepto.
Otro punto a tener en cuenta es la distinta profundidad de campo que tienen las lentes en relación a su longitud focal: las lentes de longitud focal corta (Lentes angulares) tiene una profundidad de campo mayor que las de longitud focal larga, aunque enfoquemos a la misma distancia y usemos el mismo valor de apertura. Esta diferencia puede llegar a ser muy notable y es el principal motivo de que sea más difícil conseguir fotografías correctamente enfocadas con lentes tele, ya que el margen de error disponible es pequeño debido a la reducida profundidad de campo.
El autofoco
Al que sería más correcto llamar autoenfoque, es el sistema que incorporan todas las cámaras actuales que usamos para fotosub: el sistema de enfoque automático realiza por si mismo la operación de enfocar la lente a una determinada distancia, aunque sigue siendo el fotógrafo el que determina dónde debe enfocar dicho sistema. Para ello, debemos situar las áreas de enfoque que aparecen en la pantalla o visor de la cámara sobre el punto que deseamos enfocar de la escena; la cámara enfocará la lente a esa distancia cuando iniciemos el autoenfoque, generalmente pulsando el botón disparador a la mitad del recorrido. En muchas cámaras actuales, es posible seleccionar la posición de las áreas de enfoque, así como su tamaño agrupando más o menos sensores en la misma área. Como es lógico, hay cámaras con mejores capacidades de enfoque que otras, siendo las réflex las que responden mejor en este aspecto como norma general. Eso no impide que tanto las cámaras compactas, como las sin espejo (EVIL) hayan mejorado mucho en este aspecto y ofrezcan una capacidad de enfoque más que aceptable. Tengas la cámara que tengas, estas recomendaciones pueden ayudarte a enfocar con más facilidad:
-El autoenfoque necesita un mínimo de luz para funcionar correctamente. Las cámaras más modernas no necesitan demasiada; podríamos decir que incluso son capaces de enfocar en situaciones en las que al fotógrafo le costaría hacerlo de forma manual, pero aun así necesitaremos una fuente de luz cuando fotografiemos en cuevas o grietas y, naturalmente, en nuestras inmersiones nocturnas. La luz guía del flash o de una linterna cumplirá esta función y puede bastar con unos 200 lúmenes, aunque una mayor intensidad será bienvenida.
-Las cámaras enfocan detectando el contraste entre zonas adyacentes de la imagen, por tanto el secreto del éxito reside en “apuntar” correctamente las áreas de enfoque (generalmente indicadas en la pantalla de la cámara mediante unos corchetes, cuadrados o rectángulos) hacia una zona con suficiente contraste. Un pez con una librea a rayas no representa ningún problema, pero para animales de tonalidad homogénea, será mejor que apuntes al límite del opérculo, el ojo, el borde de la silueta del animal o cualquier otra zona que contraste con el fondo.
¿Qué tipo de autoenfoque utilizo?
Las modernas cámaras van equipadas con varios tipos de enfoque automático. Estos son los más habituales, aunque cada fabricante los suele bautizar a su modo:
-Sencillo o simple (Single), que impide disparar a menos que la lente esté enfocada y que permite recomponer la imagen sin modificar el enfoque mientras no levantemos el dedo del disparador. Este modo es el más recomendable para sujetos estáticos: enfocamos sobre la zona deseada de la escena (Por ejemplo, un coral en primer plano) y a continuación reencuadramos sin separar el dedo del disparador para incluir en el encuadre al buceador que está mirando el coral.
-Continuo. Posibilita que la cámara enfoque de manera continua sobre cualquier sujeto mientras mantengamos presionado el disparador, aunque el motivo se esté desplazando. Evidentemente, esta modalidad se utiliza para sujetos en movimiento, aunque debemos tener presente que, si queremos recomponer la imagen una vez enfocada, hemos de bloquear el enfoque mediante el mando dedicado a tal fin. No es una maniobra fácil, ya que hay que hacerla con mucha rapidez, y requiere bastante práctica. Es mi modo preferido en macro extremo aun con sujetos estáticos, ya que permite mantener enfocado el sujeto a pesar de que movamos la cámara ligeramente (Es prácticamente imposible no mover la cámara unos milímetros si trabajamos sin trípode). Si trabajamos de este modo, para seleccionar la zona que queremos enfocada cambiaremos el área de enfoque en vez de mover la cámara para luego recomponer.
-Seguimiento. Una vez enfocado un determinado sujeto, el sistema intentará seguirlo si se mueve a través del encuadre, cambiando de área de enfoque cuando sea necesario. Dicho así, parece la panacea para fotografiar animales en movimiento, pero en la práctica no es tan fácil y muchas veces el sistema no es capaz de seguir correctamente al sujeto.
Visto lo anterior, está claro que es muy conveniente que nuestra caja estanca permita cambiar el modo de enfoque bajo el agua, así como actuar sobre la palanca de bloqueo del enfoque. Si no disponemos de la primera posibilidad, lo más práctico será colocar la cámara siempre en enfoque continuo y hacer uso intensivo del bloqueo para poder reencuadrar la imagen.
La hiperfocal en la práctica
Una forma rápida de trabajar en fotografía de acción, siempre con lentes angulares, consiste en utilizar la distancia hiperfocal para aprovechar al máximo la profundidad de campo de nuestra lente. Enfocando una lente a la distancia hiperfocal, conseguiremos que, para un determinado diafragma, la profundidad de campo abarque desde infinito hasta la mitad de dicha distancia. En el aire, se puede calcular mediante la fórmula distancia hiperfocal = longitud focal2 / 0.03 x apertura de la lente, pero bajo el agua la cosa se complica enormemente, ya que tendríamos que integrar datos como el grosor del material de nuestra cúpula y su índice de refracción, además de su radio. Aunque consigamos calcular la hiperfocal para cada diafragma, aun tendríamos la dificultad de colocar la lente manualmente en cada distancia con precisión dentro de la caja estanca… demasiados inconvenientes para que resulte práctico. Lo que podemos hacer es estimar “a ojo” una distancia que nos permita enfocar a nuestros sujetos en la situación en la que nos encontramos. Pongamos que estoy fotografiando a unos delfines en apnea: yo lo que hago es enfocar sobre la punta de mi aleta y bloquear el enfoque pasando a manual. Para un diafragma de al menos f5.6 (Mejor aun si puedo usar f8 o más cerrado), se que tendré enfocado todo hacia detrás de esa distancia… y es poco probable que los delfines se acerquen más que eso. Esto nos permite despreocuparnos de enfocar a nuestros sujetos y así nos centramos en la exposición y el encuadre. Es una manera muy efectiva de trabajar con sujetos que se mueven con rapidez y tienen un cierto tamaño, como cetáceos, tiburones o lobos marinos.
* Todas las longitudes focales de las imágenes de ejemplo de este artículo se refieren a “longitudes focales equivalentes” al formato de 35mm o paso universal