Si buscas una caja estanca para tu GoPro que sea más robusta y trabaje a mayor profundidad que la original de plástico, puede que la encuentres en esta T-Housing
25
Jun
2024
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AOI nos sorprende con unos flashes compactos y económicos que esconden características más propias de modelos de mayor porte y precio.
La marca Scubalamp ha sacado al mercado su nuevo flash D-Pro, una evolución del que fuera su primera incursión en el mundo de los flashes submarinos, el D-Max, al que sustituye.
La reducida distancia de enfoque de las lentes angulares actuales, tanto húmedas como secas, junto a su notable profundidad de campo, nos permiten realizar fotografías con un amplio ángulo de visión de sujetos muy próximos. Son imágenes nítidas y de colores intensos que pueden aportar un punto de vista diferente a sujetos cotidianos.
Así es como hemos conocido esta técnica desde que se popularizó el nombre (también sus siglas CFWA) entre los fotógrafos de habla inglesa hace varias décadas. Quizás por eso no me termine de sonar demasiado bien la traducción “angular de enfoque próximo” que he empleado, pero la considero preferible a la de “macro angular”, que veo adecuado limitar a las imágenes de sujetos pequeños conseguidas con determinadas lentes especiales tipo endoscópicas.
En cualquier caso, y más allá del nombre que prefiramos darle, nos referimos a imágenes tomadas con un angular extremo, frecuentemente por encima de los 100º de ángulo de visión, pero acercándonos hasta casi tocar el sujeto con la lente (o el frontal, en el caso de lentes secas). Esta forma de usar un angular nos permite dos cosas interesantes: por una parte, fotografiar animales de pequeño o mediano tamaño con una perspectiva diferente y mayor profundidad de campo que la conseguida en las fotografías de esos mismos animales obtenidas con lentes de focal más larga. Por otra, utilizar la deformación de la perspectiva inherente a un angular extremo para retratar a un animal de mayor tamaño con un punto de vista distinto, más radical. Este segundo uso es delicado, ya que la deformación de la perspectiva solo funcionará bien estéticamente con determinados sujetos y en determinadas posiciones; casi siempre serán animales de frente mirando a la cámara.
Ya sabemos la gran ventaja que supone fotografiar muy cerca bajo el agua, sobre todo con luz artificial: obtenemos el máximo de colorido y nitidez al recortar la distancia que la luz debe recorrer en el medio líquido. Ya por si sola, esta virtud hace que me guste hacer angulares de enfoque próximo, sobre todo cuando la visibilidad es reducida. La siguiente característica que los distingue es que obtenemos imágenes que tienden a integrar el entorno alrededor del sujeto, justo lo opuesto a lo que conseguimos con lentes no angulares, que tienden a aislar el sujeto de su entorno. Más allá de estás características, no debemos pensar que producirán por defecto mejores imágenes de un determinado motivo (ninguna técnica lo hace); eso ya dependerá del motivo y de la situación.
Conseguir una correcta iluminación con luz solar del fondo, si la hay, no representa mayor dificultad que en cualquier otra toma angular a mayor distancia. Es a la hora de iluminar el primer plano con flash cuando aparecen los problemas y donde debemos ser especialmente cuidadosos:
En la última década vieron la luz algunas lentes para uso subacuático inspiradas en las endoscópica usadas en medicina. Eran lentes diseñadas exclusivamente para realizar tomas a muy corta distancia, pero con un ángulo de visión próximo al de un ojo de pez: un tipo de fotografía que sí podríamos denominar como “macro angular”. La idea es interesante y al principio bastantes fotógrafos se lanzaron a utilizar estas lentes, aunque pronto vieron que no era oro todo lo que relucía: es cierto que permiten tomar fotos con un punto de vista muy original, pero no son fáciles de utilizar. Por encima de eso, lo peor es que la calidad óptica es modesta, y ello cuando la lente estaba perfectamente centrada, porque de lo contrario los resultados eran desastrosos. Su uso, que nunca fue masivo, se ha ido reduciendo y hace años que no veo a un fotógrafo ir al agua con el famoso INON UFL-MR130 EFS60, más conocido entre los fotosubs españoles como “faloscopio” por su curiosa forma.
Otra opción bastante utilizada en cámaras réflex es colocar un multiplicador de focal a una lente ojo de pez rectilíneo: reducimos el ángulo de visión, que aun así sigue siendo muy amplio, manteniendo la corta distancia de enfoque original de la lente. La combinación más utilizada, y la mejor en mi opinión para este tipo de fotografía, es usar un multiplicador 1,4X junto al único zoom ojo de pez/angular del mercado para cámaras con sensor tamaño APS-C, el Tokina 10-17, que ya por si solo es una excelente lente para hacer angulares de enfoque próximo gracias a su rango de 100 a 180º y a un enfoque mínimo de solo 14 cm.
Más allá de las lentes utilizadas, el aliado definitivo para hacer este tipo de imágenes con una cámara de lentes intercambiables es la cúpula utilizada: las pequeñas cúpulas para ojo de pez de alrededor de 4” permiten aproximarse mucho más al sujeto y ampliar notablemente su tamaño en el encuadre. Cúpulas tan pequeñas no proporcionarían suficiente calidad de imagen con otros grandes angulares, que necesitan frontales de mucho más diámetro para dar una calidad decente, pero curiosamente funcionan bien con los ojos de pez mientras no abramos demasiado el diafragma.
En cámaras compactas las opciones eran más limitadas: aunque la corta distancia de enfoque de las lentes húmedas angulares tradicionales y el pequeño tamaño del conjunto siempre ha jugado a su favor, dichas lentes no eran muy adecuadas para aprovechar todo el rango del zoom de la cámara, so pena de perder calidad de imagen. Afortunadamente, esto ha cambiado bastante gracias a la nueva generación de lentes húmedas angulares, que no solo tienen una calidad de imagen mejor que sus predecesoras, sino que además la mantienen bastante bien al usar el zoom. Cierto que ahora son más voluminosas, pero el tamaño sigue estando dentro de unos límites que las hacen perfectamente utilizables en muchas situaciones.
Estamos intentando fotografiar muy cerca de nuestros sujetos, así que muchos de los consejos que ya hemos dado en otras ocasiones para fotografía macro son perfectamente aplicables. Algunas cosas que añadir:
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Las tomas a contraluz siempre han sido un recurso muy expresivo en fotosub, aunque delicado en cuanto a la elección del motivo y a la forma de ejecutarlo. Veamos los distintos aspectos que debemos tener en cuenta cuando decidimos disparar con el sol al frente.
Hubo una época en la que era difícil ver una fotografía submarina de un paisaje tomada con un angular que no estuviera hecha a contraluz. Se abusó tanto de esta técnica en las competiciones, que casi parecía que una foto en la categoría “ambiente” no podía serlo si no aparecía el sol por allí y la modelo en silueta. Como pasa casi siempre, el abuso devino en hastío y los fotógrafos comenzaron a fotografiar los paisajes de una manera más natural, a favor del sol, recuperando las colecciones angulares la variedad perdida. Esto no quita que, en las circunstancias adecuadas, fotografiar a contraluz sea un buen recurso y nos permita conseguir imágenes de alto contraste que aportan fuerza y dramatismo a la composición.
Fotografiar con el sol de frente no siempre da buenos resultados, más bien al contrario: que la luz venga en dirección a la lente producirá sombras rotundas en cualquier cosa que esté en la escena y no reciba la luz de nuestros flashes. No es que esto sea en si mismo negativo, pero sí limita el rango de situaciones que es interesante tomar a contraluz. Hablando de un modo general, una toma en dirección al sol no será adecuada cuando nos enfrentemos a un escenario con varios planos cuyo detalle queremos mostrar, como puede ser un grupo de peces con un arrecife detrás. Por el contrario, el contraluz destacará cualquier sujeto que coloquemos delante del sol, esté iluminado con flash o no. También contribuye a aislar un sujeto iluminado con flash de un entorno que no nos interesa, ya que este queda oculto en la sombra.
Cuando hablo de fotografiar con el sol de frente, no solo me refiero a aquellos casos en los que el astro rey aparece en el encuadre; aunque es cierto que las diferencias mencionadas se agudizan en este último caso, el efecto también se produce aunque el sol este fuera del encuadre, tal y como puedes ver en las siguientes fotos de unos peces murciélago.
Pocas preguntas son más recurrentes en mis cursos que aquellas referidas a cómo conseguir que el sol aparezca bonito en la foto, entendiéndose por “bonito” un sol que muestra los clásicos rayos luminosos que irradian desde el centro y un degradado progresivo hacia al azul a medida que nos alejamos de este. La buena noticia es que sabemos cómo conseguir ese sol ideal, y la mala, que solo vamos a poder conseguirlo si se dan determinadas circunstancias. Lo primero que hay que tener claro, es que la apariencia del sol está directamente relacionada con factores ambientales:
- Lo más obvio, un sol despejado produce rayos mejor dibujados. Cuanto más filtrada este su luz por las nubes, peores los resultados.
- Cuanto más lisa esté la superficie del mar, mejor se forman los famosos rayos. El oleaje que levanta el viento rompe el efecto con facilidad.
- Cuanto más profundo estemos, menos rayos tendremos. Si quieres un sol con abundantes rayos, prepárate a fotografiar cerca de la superficie. El aumento de la profundidad no solo elimina los rayos, sino que además empeora el degradado progresivo del azul alrededor del núcleo solar, apareciendo el famoso halo de color cian (efecto “huevo frito”, en los corrillos fotosub). El efecto será más notorio cuanto menor sea el rango dinámico de la cámara, motivo por el cual los modelos más antiguos suelen dar peores resultados. Este fue el problema que más notaron los fotosubs cuando cambiaron sus cámaras de película por digitales a principios de siglo.
- La hora del día, y por tanto la inclinación del sol, también influirá en el resultado: cuanto más cerca del horizonte este el sol, más luz se refracta en la superficie y más cerca de ella tendrá que estar el fotógrafo para captar los pocos rayos que entran en el agua. A cambio, la luz naranja del amanecer y la puesta del sol puede tener un efecto cálido muy interesante sobre los rayos.
Evidentemente, de poco servirán unas condiciones perfectas si luego el fotógrafo no expone correctamente la luz solar. No es algo difícil cuando no utilizamos flash, siendo muy recomendable realizar varias tomas con distintas exposiciones para poder elegir luego la que más nos guste. La cosa se complica definitivamente cuando queremos iluminar un sujeto con flash, ya que no podremos utilizar velocidades de obturación altas con cámaras réflex o EVIL. Con compactas puede ser algo más fácil, al permitir subir más la velocidad, aunque a cambio no pueden cerrar tanto el diafragma como en las anteriores. El contraluz es uno de los pocos tipos de fotografía en que echarás de menos tener flashes muy potentes, puesto que permiten cerrar más el diafragma para una determinada distancia. Aun así, será complicado que puedas iluminar con flash un sujeto lejano con el sol en el encuadre (tendrías que abrir demasiado el diafragma) y muchas veces te tendrás que limitar a sujetos próximos, especialmente en aguas someras.
Como el núcleo del sol es mucho más brillante que su periferia, una muy buena estrategia para evitar quemar un contraluz, especialmente los poco profundos, es componer ocultando el sol tras el sujeto protagonista o tras algún obstáculo del entorno. Haciendo esto, podremos exponer entre 1 y 3 EV más respecto al sol descubierto (siempre dependiendo de cuánto sol “tapemos”), sin que por ello la fotografía dé la sensación de sobreexpuesta.
Ya vemos que fotografiar en contra del sol tiene muchas posibilidades expresivas. Aquí te dejo unas cuantas más para que experimentes:
El contraluz sin flash también existe y puede dar buen resultado. Prueba fotografiando contra la superficie animales que ofrezcan un perfil reconocible visto desde abajo (tortugas, mantas, tiburones, etc.). También los sujetos que ofrecen simetría, como corales acropora, macroalgas o rocas erosionadas.
Cuando la superficie esté realmente en calma y lleves una lente súper angular, no pierdas la oportunidad de fotografiar la ventana de Snell. Podemos utilizarla para enmarcar algún sujeto submarino iluminado por el flash, aunque también puede ser protagonista en si misma si la parte aérea que vemos a través suyo tiene suficiente interés.
Incluso las fotografías de primeros planos se pueden realizar a contraluz: la fuerte luminosidad de la superficie nos permite conseguir un fondo azul luminoso con facilidad, aunque no es la opción ideal si quieres un azul más oscuro y saturado, que se obtiene mejor en tomas orientadas en la misma horizontal del sujeto. También es posible captar brillos desenfocados tras el sujeto si estamos a bastante profundidad y apuntamos directamente al sol, aunque son tomas francamente difíciles de realizar por la complejidad de encuadrar y enfocar correctamente con el sol detrás.
Y para terminar un consejo práctico: fotografiar apuntando a superficie es muchas veces incómodo y tiene un gran enemigo cuando lo haces con un gran angular: cualquier burbuja de aire que salga de tu equipo se meterá en el encuadre con el consiguiente riesgo de estropear una buena foto. Es algo terriblemente irritante y que solo podemos evitar buceando con un equipo que no pierda aire: cuidado con la junta de la grifería o del regulador, segundas etapas o latiguillos que pierdan y máscaras que no ajustan bien. También los trajes secos pueden ser una fuente de burbujas cuando levantamos las manos hacia la superficie. Además de conseguir esto, tendremos que contener la respiración y esperar a que nuestra última exhalación ascienda lo suficiente antes de disparar.
Los peces, en su amplia variedad de especies, formas y tamaños, son seguramente el principal motivo de nuestras imágenes. Para Fotografiar un rango tan amplio de sujetos, debemos utilizar todas las técnicas disponibles: desde supermacro, hasta angular extremo, pero también hay que dominar otras cosas más sutiles.
La última lente húmeda angular de INON está diseñada para cámaras compactas con lentes de hasta 24 mm de longitud focal equivalente y mantiene la modularidad que ya habíamos visto en anteriores modelos del fabricante.
Nauticam pretende ofrecer con el sistema de lentes húmedas EMWL una verdadera revolución en el mundo de la imagen submarina. Un nuevo concepto modular que nos acerca a la vieja aspiración de equipar nuestra cámara con una lente que sea capaz de fotografiar desde un pequeño nudibranquio a un tiburón ballena en la misma inmersión.