La marca Scubalamp ha sacado al mercado su nuevo flash D-Pro, una evolución del que fuera su primera incursión en el mundo de los flashes submarinos, el D-Max, al que sustituye.
24
Mar
2023
La marca Scubalamp ha sacado al mercado su nuevo flash D-Pro, una evolución del que fuera su primera incursión en el mundo de los flashes submarinos, el D-Max, al que sustituye.
La reducida distancia de enfoque de las lentes angulares actuales, tanto húmedas como secas, junto a su notable profundidad de campo, nos permiten realizar fotografías con un amplio ángulo de visión de sujetos muy próximos. Son imágenes nítidas y de colores intensos que pueden aportar un punto de vista diferente a sujetos cotidianos.
Así es como hemos conocido esta técnica desde que se popularizó el nombre (también sus siglas CFWA) entre los fotógrafos de habla inglesa hace varias décadas. Quizás por eso no me termine de sonar demasiado bien la traducción “angular de enfoque próximo” que he empleado, pero la considero preferible a la de “macro angular”, que veo adecuado limitar a las imágenes de sujetos pequeños conseguidas con determinadas lentes especiales tipo endoscópicas.
En cualquier caso, y más allá del nombre que prefiramos darle, nos referimos a imágenes tomadas con un angular extremo, frecuentemente por encima de los 100º de ángulo de visión, pero acercándonos hasta casi tocar el sujeto con la lente (o el frontal, en el caso de lentes secas). Esta forma de usar un angular nos permite dos cosas interesantes: por una parte, fotografiar animales de pequeño o mediano tamaño con una perspectiva diferente y mayor profundidad de campo que la conseguida en las fotografías de esos mismos animales obtenidas con lentes de focal más larga. Por otra, utilizar la deformación de la perspectiva inherente a un angular extremo para retratar a un animal de mayor tamaño con un punto de vista distinto, más radical. Este segundo uso es delicado, ya que la deformación de la perspectiva solo funcionará bien estéticamente con determinados sujetos y en determinadas posiciones; casi siempre serán animales de frente mirando a la cámara.
Ya sabemos la gran ventaja que supone fotografiar muy cerca bajo el agua, sobre todo con luz artificial: obtenemos el máximo de colorido y nitidez al recortar la distancia que la luz debe recorrer en el medio líquido. Ya por si sola, esta virtud hace que me guste hacer angulares de enfoque próximo, sobre todo cuando la visibilidad es reducida. La siguiente característica que los distingue es que obtenemos imágenes que tienden a integrar el entorno alrededor del sujeto, justo lo opuesto a lo que conseguimos con lentes no angulares, que tienden a aislar el sujeto de su entorno. Más allá de estás características, no debemos pensar que producirán por defecto mejores imágenes de un determinado motivo (ninguna técnica lo hace); eso ya dependerá del motivo y de la situación.
Conseguir una correcta iluminación con luz solar del fondo, si la hay, no representa mayor dificultad que en cualquier otra toma angular a mayor distancia. Es a la hora de iluminar el primer plano con flash cuando aparecen los problemas y donde debemos ser especialmente cuidadosos:
En la última década vieron la luz algunas lentes para uso subacuático inspiradas en las endoscópica usadas en medicina. Eran lentes diseñadas exclusivamente para realizar tomas a muy corta distancia, pero con un ángulo de visión próximo al de un ojo de pez: un tipo de fotografía que sí podríamos denominar como “macro angular”. La idea es interesante y al principio bastantes fotógrafos se lanzaron a utilizar estas lentes, aunque pronto vieron que no era oro todo lo que relucía: es cierto que permiten tomar fotos con un punto de vista muy original, pero no son fáciles de utilizar. Por encima de eso, lo peor es que la calidad óptica es modesta, y ello cuando la lente estaba perfectamente centrada, porque de lo contrario los resultados eran desastrosos. Su uso, que nunca fue masivo, se ha ido reduciendo y hace años que no veo a un fotógrafo ir al agua con el famoso INON UFL-MR130 EFS60, más conocido entre los fotosubs españoles como “faloscopio” por su curiosa forma.
Otra opción bastante utilizada en cámaras réflex es colocar un multiplicador de focal a una lente ojo de pez rectilíneo: reducimos el ángulo de visión, que aun así sigue siendo muy amplio, manteniendo la corta distancia de enfoque original de la lente. La combinación más utilizada, y la mejor en mi opinión para este tipo de fotografía, es usar un multiplicador 1,4X junto al único zoom ojo de pez/angular del mercado para cámaras con sensor tamaño APS-C, el Tokina 10-17, que ya por si solo es una excelente lente para hacer angulares de enfoque próximo gracias a su rango de 100 a 180º y a un enfoque mínimo de solo 14 cm.
Más allá de las lentes utilizadas, el aliado definitivo para hacer este tipo de imágenes con una cámara de lentes intercambiables es la cúpula utilizada: las pequeñas cúpulas para ojo de pez de alrededor de 4” permiten aproximarse mucho más al sujeto y ampliar notablemente su tamaño en el encuadre. Cúpulas tan pequeñas no proporcionarían suficiente calidad de imagen con otros grandes angulares, que necesitan frontales de mucho más diámetro para dar una calidad decente, pero curiosamente funcionan bien con los ojos de pez mientras no abramos demasiado el diafragma.
En cámaras compactas las opciones eran más limitadas: aunque la corta distancia de enfoque de las lentes húmedas angulares tradicionales y el pequeño tamaño del conjunto siempre ha jugado a su favor, dichas lentes no eran muy adecuadas para aprovechar todo el rango del zoom de la cámara, so pena de perder calidad de imagen. Afortunadamente, esto ha cambiado bastante gracias a la nueva generación de lentes húmedas angulares, que no solo tienen una calidad de imagen mejor que sus predecesoras, sino que además la mantienen bastante bien al usar el zoom. Cierto que ahora son más voluminosas, pero el tamaño sigue estando dentro de unos límites que las hacen perfectamente utilizables en muchas situaciones.
Estamos intentando fotografiar muy cerca de nuestros sujetos, así que muchos de los consejos que ya hemos dado en otras ocasiones para fotografía macro son perfectamente aplicables. Algunas cosas que añadir:
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Las tomas a contraluz siempre han sido un recurso muy expresivo en fotosub, aunque delicado en cuanto a la elección del motivo y a la forma de ejecutarlo. Veamos los distintos aspectos que debemos tener en cuenta cuando decidimos disparar con el sol al frente.
Hubo una época en la que era difícil ver una fotografía submarina de un paisaje tomada con un angular que no estuviera hecha a contraluz. Se abusó tanto de esta técnica en las competiciones, que casi parecía que una foto en la categoría “ambiente” no podía serlo si no aparecía el sol por allí y la modelo en silueta. Como pasa casi siempre, el abuso devino en hastío y los fotógrafos comenzaron a fotografiar los paisajes de una manera más natural, a favor del sol, recuperando las colecciones angulares la variedad perdida. Esto no quita que, en las circunstancias adecuadas, fotografiar a contraluz sea un buen recurso y nos permita conseguir imágenes de alto contraste que aportan fuerza y dramatismo a la composición.
Fotografiar con el sol de frente no siempre da buenos resultados, más bien al contrario: que la luz venga en dirección a la lente producirá sombras rotundas en cualquier cosa que esté en la escena y no reciba la luz de nuestros flashes. No es que esto sea en si mismo negativo, pero sí limita el rango de situaciones que es interesante tomar a contraluz. Hablando de un modo general, una toma en dirección al sol no será adecuada cuando nos enfrentemos a un escenario con varios planos cuyo detalle queremos mostrar, como puede ser un grupo de peces con un arrecife detrás. Por el contrario, el contraluz destacará cualquier sujeto que coloquemos delante del sol, esté iluminado con flash o no. También contribuye a aislar un sujeto iluminado con flash de un entorno que no nos interesa, ya que este queda oculto en la sombra.
Cuando hablo de fotografiar con el sol de frente, no solo me refiero a aquellos casos en los que el astro rey aparece en el encuadre; aunque es cierto que las diferencias mencionadas se agudizan en este último caso, el efecto también se produce aunque el sol este fuera del encuadre, tal y como puedes ver en las siguientes fotos de unos peces murciélago.
Pocas preguntas son más recurrentes en mis cursos que aquellas referidas a cómo conseguir que el sol aparezca bonito en la foto, entendiéndose por “bonito” un sol que muestra los clásicos rayos luminosos que irradian desde el centro y un degradado progresivo hacia al azul a medida que nos alejamos de este. La buena noticia es que sabemos cómo conseguir ese sol ideal, y la mala, que solo vamos a poder conseguirlo si se dan determinadas circunstancias. Lo primero que hay que tener claro, es que la apariencia del sol está directamente relacionada con factores ambientales:
- Lo más obvio, un sol despejado produce rayos mejor dibujados. Cuanto más filtrada este su luz por las nubes, peores los resultados.
- Cuanto más lisa esté la superficie del mar, mejor se forman los famosos rayos. El oleaje que levanta el viento rompe el efecto con facilidad.
- Cuanto más profundo estemos, menos rayos tendremos. Si quieres un sol con abundantes rayos, prepárate a fotografiar cerca de la superficie. El aumento de la profundidad no solo elimina los rayos, sino que además empeora el degradado progresivo del azul alrededor del núcleo solar, apareciendo el famoso halo de color cian (efecto “huevo frito”, en los corrillos fotosub). El efecto será más notorio cuanto menor sea el rango dinámico de la cámara, motivo por el cual los modelos más antiguos suelen dar peores resultados. Este fue el problema que más notaron los fotosubs cuando cambiaron sus cámaras de película por digitales a principios de siglo.
- La hora del día, y por tanto la inclinación del sol, también influirá en el resultado: cuanto más cerca del horizonte este el sol, más luz se refracta en la superficie y más cerca de ella tendrá que estar el fotógrafo para captar los pocos rayos que entran en el agua. A cambio, la luz naranja del amanecer y la puesta del sol puede tener un efecto cálido muy interesante sobre los rayos.
Evidentemente, de poco servirán unas condiciones perfectas si luego el fotógrafo no expone correctamente la luz solar. No es algo difícil cuando no utilizamos flash, siendo muy recomendable realizar varias tomas con distintas exposiciones para poder elegir luego la que más nos guste. La cosa se complica definitivamente cuando queremos iluminar un sujeto con flash, ya que no podremos utilizar velocidades de obturación altas con cámaras réflex o EVIL. Con compactas puede ser algo más fácil, al permitir subir más la velocidad, aunque a cambio no pueden cerrar tanto el diafragma como en las anteriores. El contraluz es uno de los pocos tipos de fotografía en que echarás de menos tener flashes muy potentes, puesto que permiten cerrar más el diafragma para una determinada distancia. Aun así, será complicado que puedas iluminar con flash un sujeto lejano con el sol en el encuadre (tendrías que abrir demasiado el diafragma) y muchas veces te tendrás que limitar a sujetos próximos, especialmente en aguas someras.
Como el núcleo del sol es mucho más brillante que su periferia, una muy buena estrategia para evitar quemar un contraluz, especialmente los poco profundos, es componer ocultando el sol tras el sujeto protagonista o tras algún obstáculo del entorno. Haciendo esto, podremos exponer entre 1 y 3 EV más respecto al sol descubierto (siempre dependiendo de cuánto sol “tapemos”), sin que por ello la fotografía dé la sensación de sobreexpuesta.
Ya vemos que fotografiar en contra del sol tiene muchas posibilidades expresivas. Aquí te dejo unas cuantas más para que experimentes:
El contraluz sin flash también existe y puede dar buen resultado. Prueba fotografiando contra la superficie animales que ofrezcan un perfil reconocible visto desde abajo (tortugas, mantas, tiburones, etc.). También los sujetos que ofrecen simetría, como corales acropora, macroalgas o rocas erosionadas.
Cuando la superficie esté realmente en calma y lleves una lente súper angular, no pierdas la oportunidad de fotografiar la ventana de Snell. Podemos utilizarla para enmarcar algún sujeto submarino iluminado por el flash, aunque también puede ser protagonista en si misma si la parte aérea que vemos a través suyo tiene suficiente interés.
Incluso las fotografías de primeros planos se pueden realizar a contraluz: la fuerte luminosidad de la superficie nos permite conseguir un fondo azul luminoso con facilidad, aunque no es la opción ideal si quieres un azul más oscuro y saturado, que se obtiene mejor en tomas orientadas en la misma horizontal del sujeto. También es posible captar brillos desenfocados tras el sujeto si estamos a bastante profundidad y apuntamos directamente al sol, aunque son tomas francamente difíciles de realizar por la complejidad de encuadrar y enfocar correctamente con el sol detrás.
Y para terminar un consejo práctico: fotografiar apuntando a superficie es muchas veces incómodo y tiene un gran enemigo cuando lo haces con un gran angular: cualquier burbuja de aire que salga de tu equipo se meterá en el encuadre con el consiguiente riesgo de estropear una buena foto. Es algo terriblemente irritante y que solo podemos evitar buceando con un equipo que no pierda aire: cuidado con la junta de la grifería o del regulador, segundas etapas o latiguillos que pierdan y máscaras que no ajustan bien. También los trajes secos pueden ser una fuente de burbujas cuando levantamos las manos hacia la superficie. Además de conseguir esto, tendremos que contener la respiración y esperar a que nuestra última exhalación ascienda lo suficiente antes de disparar.
Los peces, en su amplia variedad de especies, formas y tamaños, son seguramente el principal motivo de nuestras imágenes. Para Fotografiar un rango tan amplio de sujetos, debemos utilizar todas las técnicas disponibles: desde supermacro, hasta angular extremo, pero también hay que dominar otras cosas más sutiles.
La última lente húmeda angular de INON está diseñada para cámaras compactas con lentes de hasta 24 mm de longitud focal equivalente y mantiene la modularidad que ya habíamos visto en anteriores modelos del fabricante.
Nauticam pretende ofrecer con el sistema de lentes húmedas EMWL una verdadera revolución en el mundo de la imagen submarina. Un nuevo concepto modular que nos acerca a la vieja aspiración de equipar nuestra cámara con una lente que sea capaz de fotografiar desde un pequeño nudibranquio a un tiburón ballena en la misma inmersión.
Fotografiar bajo el mar tras la puesta del sol tiene un importante aliciente: la fauna marina que encontramos es diferente, o lo es su comportamiento frente al buceador respecto a las horas diurnas, pudiendo conseguirse detalles cercanos de animales que a la luz del día no nos lo permitirían. Veamos algunos consejos que te pueden ayudar a obtener mejores imágenes durante la noche.
Buenas noticias para empezar: fotografiar de noche es más simple técnicamente que hacerlo de día, ya que solo tenemos que ocuparnos de la fuente de luz artificial que llevamos con nosotros y no de la luz del sol, que tantas variantes aporta a nuestras fotos, como quebraderos de cabeza a la hora de exponer. Es más sencillo lidiar únicamente con una fuente de luz, no solo al calcular la correcta exposición, también al intentar prever qué efecto tendrá la iluminación sobre nuestros sujetos; no tendremos motivos teñidos de azul ni sobreexpuestos por culpa de la luz solar. Todas las recomendaciones en cuanto a exposición con flash que vimos en la 5ª entrega de Iniciación Fotosub son perfectamente válidas para la fotografía nocturna.
Por otro lado, hay fotógrafos que opinan que es más complicado conseguir imágenes correctamente enfocadas y encuadradas, pero creo que esto solo es cierto si no llevamos una iluminación auxiliar adecuada. Con una buena luz que te permita localizar, encuadrar y enfocar correctamente, el problema no solo no existe, sino que tendremos menos fallos con el autoenfoque de la cámara que durante el día. Piensa que la luz disponible de noche es siempre frontal y tiene un alto contraste, ideal para el sistema de enfoque de las cámaras, mientras que la luz del día, aun teniendo mayor intensidad, posee menos contraste y a veces llega desde detrás del sujeto… y ya sabemos lo difícil que es intentar enfocar un sujeto medio a contraluz. Algo similar nos puede pasar a la hora de encuadrar y componer, al menos cuando hacemos primeros planos, ya que la iluminación frontal a corta distancia nos mostrará la escena con todo su contraste y colorido en la pantalla o el visor de la cámara.
Está claro que perder la opción de incluir luz solar en nuestras fotos nos va a restar variedad y posibilidades, especialmente en fotografía angular, donde la luz ambiental contribuye decisivamente iluminando el entorno y creando fondos azules o verdes que no existen iluminando solo con luz artificial. Piensa en todas las fotos angulares que te hayan gustado y verás que poquísimas no incluyen luz solar de algún modo. Sin embargo, es probable que recuerdes buenas imágenes realizadas solo con luz solar, lo cual confirma la importancia de esta fuente de luz en ese tipo de fotografía. Esta carencia es el principal motivo de que la fotografía submarina nocturna sea mayoritariamente macro (Yo creo que el otro es la escasez de animales de gran tamaño y de escenas dinámicas que resulten atractivas al estar muchos animales durmiendo). Esto no quiere decir que no se puedan hacer fotografías angulares durante la noche, pero tendrás que encontrar motivos y situaciones adecuadas para ello, lo cual no es frecuente: yo he visto buenas oportunidades en las nocturnas con tiburones o mantas, pero poco más. Una situación totalmente asimilable sería el buceo en el interior oscuro de grandes cuevas y pecios, sea día o noche, que tiene la misma dificultad y requiere los mismos materiales.
Como decíamos al principio, llevar una correcta iluminación auxiliar es de gran importancia para fotografiar de noche. Hace algunos años, encontrar una linterna o foco adecuados podía ser complicado y caro, pero afortunadamente los actuales focos LED tienen unas prestaciones muy altas en relación a su peso, volumen y precio. Veamos que características debe tener nuestra iluminación auxiliar y como emplearla:
• Antes que nada, necesitamos luz para bucear en la oscuridad. Dado que bajo el agua lo mejor es simplificar, y más en una nocturna, yo considero que lo ideal es que la luz de buceo y la de enfoque, que utilizamos para encuadrar y enfocar, provengan de un mismo foco unido a nuestro sistema de cámara/flashes. El lugar idóneo para colocarlo será en el centro, sobre la caja estanca, cuando usemos 2 flashes, mientras que será mejor ponerlo en el mango opuesto al del flash si solo usamos uno. El foco debe ser lo suficientemente potente para ver nuestro entorno a una cierta distancia (y para eso nunca sobra luz), pero también es interesante que podamos disminuir su potencia cuando nos acerquemos a nuestros motivos.
• ¿Por qué conviene usar menos luz justo cuando tengo que encuadrar y enfocar? Porque muchos animales se asustan con la luz y es más probable que lo hagan con una luz intensa que con otra más discreta. Otro problema añadido se da cuando el agua es rica en plancton animal que se ve atraído por la luz, puesto que se agrupará delante de nuestra cámara en mayor cantidad cuanto más potente sea la luz que utilices. Lo ideal es que usemos solo la intensidad suficiente para ver con claridad el sujeto y que nuestra cámara pueda enfocarlo sin problema. Piensa que para conseguirlo no solo es importante la intensidad de la luz; también lo es la amplitud de su cobertura y su homogeneidad: un foco que tenga un ángulo de cobertura de 15º, habrá que dirigirlo con mucha más precisión hacia el sujeto que otro con un ángulo de 80º. Estar orientando el foco mientras te acercas o alejas del sujeto, no es fácil ni cómodo.
• Determinados animales que se asustan con facilidad, sobre todo crustáceos, son menos sensibles ante una fuente de luz roja. Antes colocábamos filtros de este color a nuestras luces de enfoque, con el consiguiente engorro de quitar y poner el filtro, pero actualmente hay focos que emiten luz roja en lugar de blanca con solo pulsar un botón. Vale la pena que tu luz de enfoque tenga esta capacidad. Al principio choca un poco ver todo rojo bajo el agua, pero el autoenfoque de la cámara sigue funcionando y no cuesta demasiado acostumbrarse a encuadrar con esta luz. Vale la pena el esfuerzo cuando ves que puedes encuadrar tranquilamente a una especie de camarón que otras noches huía cuando lo iluminabas con luz blanca.
• Además de disponer de luz para ver tu entorno y enfocar a tus sujetos, necesitarás algo de luz que te permita ver tu equipo fotográfico y sus controles, sobre todo en el caso del flash. Hay modelos que tienen algún tipo de iluminación en la zona de los controles, lo cual es sin duda una muy buena idea. Otros tienen las etiquetas de los controles fosforescentes, que también supone una ayuda, pero no igual de efectiva. Si no dispones de un flash con esta capacidad, o necesitas más luz para ver con comodidad todo tu equipo, te queda la opción de llevar una pequeña linterna para iluminarte. Yo en su tiempo llevé una tipo lápiz sujeta en la tira elástica de la mascara y es mucho más cómodo que llevarla en la mano o colgada del chaleco. Solo tienes que tener la precaución de no mirar directamente a tus compañeros de buceo a la cara cuando estés cerca de ellos.
• Piensa también en cómo afecta el foco que pongas al equilibrio de tu equipo: los flashes modernos suelen pesar muy poco bajo el agua, pero un foco LED de aluminio puede llegar a pesar bastante y transformar tu cámara en un peso muerto con el que es difícil encuadrar una toma cercana. Si tu foco es pesado, te recomiendo que intentes compensarlo mediante brazos flotantes: tu muñeca te lo agradecerá.
• Para foto macro no necesitamos una potencia enorme; un foco compacto que ronde los 1000 lúmenes, reducibles en potencia, con una cobertura cercana a los 100º y que incluya luz roja sería una gran elección. La cosa cambia un poco si vamos al agua con una lente superangular y en ese caso es interesante contar con más potencia, pero sobre todo con una cobertura lo más amplia y regular posible que nos ilumine buena parte del campo de visión de la lente, permitiéndonos enfocar y componer la escena. Aquí el peso no es tan crítico como en macro y nos podremos permitir un foco más grande (o un segundo foco compacto para usar conjuntamente).
Como hemos visto, fotografiar de noche no nos trae novedades a nivel de técnica fotográfica. Lo que si es algo diferente es el material necesario y que cosas tener en cuenta bajo el agua:
• Localizar a nuestros sujetos cuando vamos a macro nocturno es más fácil que durante el día, no solo porque hay un buen número de pequeños animales de hábitos nocturno, también porque son más fáciles de ver gracias a la luz de nuestros focos: un camuflaje que podría pasar desapercibido con luz natural (que para eso está diseñado), queda revelado al iluminarlo con luz artificial. Este ya es un efecto que los “buscabichos” expertos aprovechan durante el día, aunque su efectividad es mayor de noche porque no hay luz ambiental que nos distraiga y podemos concentrar mejor nuestra vista sobre la zona iluminada por el haz de luz.
• En mi opinión, lo más difícil de fotografiar animales durante la noche es conseguir acercarse a las especies que se asustan con nuestra luz. Ya hablamos de la ayuda que puede representar usar luz roja, pero tampoco esperemos que sirva para todo. Yo siempre intento reducir la potencia de mi foco tan pronto localizo un motivo y antes de acercarme a él. También procuro mantener la luz sobre el animal desde la misma dirección y sin hacer cambios, además de no golpear el fondo o hacer movimientos bruscos que desplacen agua, ya que puede provocar la huida, sobre todo de peces que estaban durmiendo.
• Una noche en la que abunda el plancton animal puede ser una auténtica pesadilla por cómo se agrupa delante de nuestra luz de enfoque (He llegado a abandonar una inmersión al no ser posible tomar una foto digna). Lo más que podemos hacer si la cosa se pone fea, es usar la mínima potencia de luz posible y fotografiar con rapidez, teniendo claro que solo dispondrás de unos segundos una vez que te acerques a un sujeto para realizar tus tomas. Algo que funciona muy bien es llevar un “ayudante” equipado con un foco muchísimo más potente que el tuyo: él se pone a iluminar el fondo retirado un par de metros de donde tu fotografías y así la mayor parte del plancton acude a su luz en vez de a la tuya.
• Si quieres tener más posibilidades creativas haciendo angular nocturno, es muy buena idea que incluyas otras fuentes de luz artificial lejos de la cámara: puede ser un flash esclavo iluminando desde atrás un coral, o un buceador que ilumina con su foco una estalactita. La idea es crear un área de interés adicional en un plano más alejado que contribuya a dar profundidad a la escena y que te puede servir para equilibrar la composición. Luces potentes en superficie, como los focos de una embarcación fondeada, pueden hacer el mismo papel.
• Si de verdad te interesa ver la fauna nocturna en todo su esplendor, debes esperar un par de horas después de la puesta de sol para ir al agua. Nada que ver con las inmersiones “crepusculares” que propugnan algunos operadores de buceo como si fueran la bomba. Eso sí, en estas últimas se termina a la hora de la cena ¡No se puede tener todo!
Tras bastantes meses de retraso respecto a la fecha de salida prevista y dentro de un mercado escaso de opciones donde elegir, teníamos mucha curiosidad por ver de primera mano los nuevos flashes RETRA y comprobar los cambios con respecto al anterior modelo. Ya están a la venta los nuevos Retra Flash PRO y Retra Flash PRIME.