23. Angular de enfoque próximo

La reducida distancia de enfoque de las lentes angulares actuales, tanto húmedas como secas, junto a su notable profundidad de campo, nos permiten realizar fotografías con un amplio ángulo de visión de sujetos muy próximos. Son imágenes nítidas y de colores intensos que pueden aportar un punto de vista diferente a sujetos cotidianos.

“Close focus wide angle”

Así es como hemos conocido esta técnica desde que se popularizó el nombre (también sus siglas CFWA) entre los fotógrafos de habla inglesa hace varias décadas. Quizás por eso no me termine de sonar demasiado bien la traducción “angular de enfoque próximo” que he empleado, pero la considero preferible a la de “macro angular”, que veo adecuado limitar a las imágenes de sujetos pequeños conseguidas con determinadas lentes especiales tipo endoscópicas.

En cualquier caso, y más allá del nombre que prefiramos darle, nos referimos a imágenes tomadas con un angular extremo, frecuentemente por encima de los 100º de ángulo de visión, pero acercándonos hasta casi tocar el sujeto con la lente (o el frontal, en el caso de lentes secas). Esta forma de usar un angular nos permite dos cosas interesantes: por una parte, fotografiar animales de pequeño o mediano tamaño con una perspectiva diferente y mayor profundidad de campo que la conseguida en las fotografías de esos mismos animales obtenidas con lentes de focal más larga. Por otra, utilizar la deformación de la perspectiva inherente a un angular extremo para retratar a un animal de mayor tamaño con un punto de vista distinto, más radical. Este segundo uso es delicado, ya que la deformación de la perspectiva solo funcionará bien estéticamente con determinados sujetos y en determinadas posiciones; casi siempre serán animales de frente mirando a la cámara.

La deformación de la perspectiva es característica de una toma muy cercana a un sujeto de gran tamaño con una lente gran angular.

Ya sabemos la gran ventaja que supone fotografiar muy cerca bajo el agua, sobre todo con luz artificial: obtenemos el máximo de colorido y nitidez al recortar la distancia que la luz debe recorrer en el medio líquido. Ya por si sola, esta virtud hace que me guste hacer angulares de enfoque próximo, sobre todo cuando la visibilidad es reducida. La siguiente característica que los distingue es que obtenemos imágenes que tienden a integrar el entorno alrededor del sujeto, justo lo opuesto a lo que conseguimos con lentes no angulares, que tienden a aislar el sujeto de su entorno. Más allá de estás características, no debemos pensar que producirán por defecto mejores imágenes de un determinado motivo (ninguna técnica lo hace); eso ya dependerá del motivo y de la situación.

El uso de una lente gran angular permite incluir el grupo de sardinas junto al escorpénido protagonista de la imagen, algo que sería imposible con una lente de focal larga

Iluminando

Conseguir una correcta iluminación con luz solar del fondo, si la hay, no representa mayor dificultad que en cualquier otra toma angular a mayor distancia. Es a la hora de iluminar el primer plano con flash cuando aparecen los problemas y donde debemos ser especialmente cuidadosos:

  • Como en cualquier toma con el sujeto a iluminar muy cerca de la lente, el uso de 2 flashes es casi imprescindible. Utilizar un solo flash, independientemente de lo amplia que sea su cobertura, producirá sombras debido al ángulo de iluminación muy abierto que nos vemos obligados a adoptar para salvar el obstáculo que representa el propio frontal de la lente. La posición más habitual de los flashes será a izquierda y derecha del frontal, tanto en tomas horizontales, como en verticales. Esto es, si miramos nuestra cámara desde atrás e imaginamos la posición de las horas en la esfera de un reloj, los flashes estarían colocados a la 9 y a las 3 en tomas horizontales, mientras que pasarían a la 12 y a las 6 para hacer una foto vertical.
  • En tomas tan próximas, los flashes siempre van a estar muy cerca del frontal y del sujeto, con lo cual nos sobrará potencia de flash que no viene mal para utilizar diafragmas cerrados que nos proporcionen suficiente profundidad de campo y minimicen las aberraciones de la lente en los bordes. Por otro lado, con los flashes tan cerca, la potencia adecuada cambia rápidamente con solo modificar la distancia unos centímetros, así que tendremos que afinar al máximo la exposición de la luz de flash. El corto recorrido de la luz también provoca que esta sea dura y se noten más las diferencias de intensidad entre el centro y la periferia de la cobertura, haciendo mucho más necesario el uso de difusores que en las tomas angulares lejanas.

El uso de filtros difusores es muy recomendable para conseguir una iluminación homogénea en nuestros angulares cercanos.

Material

En la última década vieron la luz algunas lentes para uso subacuático inspiradas en las endoscópica usadas en medicina. Eran lentes diseñadas exclusivamente para realizar tomas a muy corta distancia, pero con un ángulo de visión próximo al de un ojo de pez: un tipo de fotografía que sí podríamos denominar como “macro angular”. La idea es interesante y al principio bastantes fotógrafos se lanzaron a utilizar estas lentes, aunque pronto vieron que no era oro todo lo que relucía: es cierto que permiten tomar fotos con un punto de vista muy original, pero no son fáciles de utilizar. Por encima de eso, lo peor es que la calidad óptica es modesta, y ello cuando la lente estaba perfectamente centrada, porque de lo contrario los resultados eran desastrosos. Su uso, que nunca fue masivo, se ha ido reduciendo y hace años que no veo a un fotógrafo ir al agua con el famoso INON UFL-MR130 EFS60, más conocido entre los fotosubs españoles como “faloscopio” por su curiosa forma.

lentes “macro-angulares” de INON: la UFL-MR130 EFS60 (arriba), se usa en unión de una lente macro de 60mm con cámaras réflex, mientras que la UFL-M150 ZM80 (debajo) se utiliza en cámaras compactas.

Otra opción bastante utilizada en cámaras réflex es colocar un multiplicador de focal a una lente ojo de pez rectilíneo: reducimos el ángulo de visión, que aun así sigue siendo muy amplio, manteniendo la corta distancia de enfoque original de la lente. La combinación más utilizada, y la mejor en mi opinión para este tipo de fotografía, es usar un multiplicador 1,4X junto al único zoom ojo de pez/angular del mercado para cámaras con sensor tamaño APS-C, el Tokina 10-17, que ya por si solo es una excelente lente para hacer angulares de enfoque próximo gracias a su rango de 100 a 180º y a un enfoque mínimo de solo 14 cm.

Más allá de las lentes utilizadas, el aliado definitivo para hacer este tipo de imágenes con una cámara de lentes intercambiables es la cúpula utilizada: las pequeñas cúpulas para ojo de pez de alrededor de 4” permiten aproximarse mucho más al sujeto y ampliar notablemente su tamaño en el encuadre. Cúpulas tan pequeñas no proporcionarían suficiente calidad de imagen con otros grandes angulares, que necesitan frontales de mucho más diámetro para dar una calidad decente, pero curiosamente funcionan bien con los ojos de pez mientras no abramos demasiado el diafragma.

Imagen realizada con un Tokina 10-17 y cúpula de 4”, tan cerca que las patas delanteras del pequeño cangrejo araña se apoyan sobre el cristal del frontal.

Las cúpulas de pequeño tamaño supusieron un gran avance en la fotografía angular de enfoque próximo con cámaras de lentes intercambiables.

En cámaras compactas las opciones eran más limitadas: aunque la corta distancia de enfoque de las lentes húmedas angulares tradicionales y el pequeño tamaño del conjunto siempre ha jugado a su favor, dichas lentes no eran muy adecuadas para aprovechar todo el rango del zoom de la cámara, so pena de perder calidad de imagen. Afortunadamente, esto ha cambiado bastante gracias a la nueva generación de lentes húmedas angulares, que no solo tienen una calidad de imagen mejor que sus predecesoras, sino que además la mantienen bastante bien al usar el zoom. Cierto que ahora son más voluminosas, pero el tamaño sigue estando dentro de unos límites que las hacen perfectamente utilizables en muchas situaciones.

Lentes angulares húmedas como la WWL-1 de Nauticam y la WFL01 de Weefine nos permiten tomas muy cercanas con cámaras compactas.

Consejos prácticos

Estamos intentando fotografiar muy cerca de nuestros sujetos, así que muchos de los consejos que ya hemos dado en otras ocasiones para fotografía macro son perfectamente aplicables. Algunas cosas que añadir:

  • Adáptate a las circunstancias. No podrás hacer un angular de enfoque próximo de cualquier cosa que quieras: la mayor parte de los animales, sobre todo peces, no van a permitir que le pongas tu lente a un par de centímetros de la cara. Para empezar a practicar, usa sujetos estáticos como estrellas, erizos, gorgonias, etc.
  • Tómatelo con mucha calma. Para animales que sí puedan tolerar la proximidad necesaria, haz la aproximación con extremada lentitud y sin hacer movimientos bruscos, algo que de paso te ayudará a no levantar arena o sedimento del fondo. Con algunos peces y cefalópodos, nuestro mejor aliado en muchos casos es el interés que les despierta verse reflejados en la cúpula, hasta el punto de que a veces son ellos los que terminan de acercarse. Si esto sucede, procura no cambiar la cámara de orientación, ya que esto puede eliminar el reflejo y romper la magia.
  • Reduce el volumen del equipo al mínimo. Si los flashes van a estar siempre cerca del frontal, no necesitas brazos de gran longitud; llévalos lo más cortos posible. Valora también si necesitas realmente llevar una luz de enfoque. Reducir el tamaño del equipo nos facilita colocar la cámara cerca del sujeto sin chocar con los obstáculos del fondo.

No siempre podrás acercarte todo lo que deseas a tu sujeto: en esta imagen, el rascacio está justo iniciando la huida intimidado por la proximidad de la cámara.

Al enfocar en los “bigotes” más próximos del lobo marino, la profundidad de campo no fue suficiente para tener enfocados los ojos del animal.

  • Afina con el enfoque. La profundidad de campo de las lentes que empleamos es grande, pero no es infinita: usa diafragmas cerrados para aumentar la PDC y de paso reducir aberraciones. Si es posible, en una compacta usa al menos f/8, en una cámara de sensor medio emplea mínimo f/11 y en una full frame casi mejor que empieces en f/16. Date tiempo para analizar el encuadre y decidir cual es el mejor punto en el que enfocar: si enfocas demasiado atrás en un animal que te mira, el morro quedará desenfocado, pero si enfocas demasiado cerca, puede que nada te quede enfocado excepto el morro. No es algo fácil de apreciar en el momento de hacer la foto, así que puede ser buena idea realizar una serie de tomas variando ligeramente el punto enfocado.
  • Cuida la colocación de los flashes. Cuando la lente está casi tocando al sujeto, es fácil llevarlos demasiado abiertos o demasiado separados del frontal. Comprueba en la pantalla LCD que la imagen recién tomada no tiene sombras en el centro del sujeto; si las tiene, debes acercar más los flashes a la lente, orientándolos levemente hacia dentro en el caso de que ya estén todo lo cerca posible. Si el sujeto esta posado en el suelo y hacemos la toma a ras de este, puedes evitar quemar la parte de suelo cercana a la cámara elevando la posición de los flashes, por ejemplo colocándolos a las 11 y a la 1 horarias. Quizás lo entiendas mejor si repasas el artículo dedicado a la posición del flash que puedes leer aquí.

La sombra en el centro de la mandíbula inferior del mero delata que los flashes estaban demasiado abiertos para una distancia tan corta.

Carlos Minguell

Posted by Carlos Minguell

Fotógrafo submarino profesional

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