Vaya por delante, antes de que me echen a los leones, que soy el primero en reconocer que los fotógrafos disfrutamos de cámaras que son verdaderas obras de arte de la tecnología. Siempre me han asombrado las soluciones, mecánicas y electrónicas, que se han desarrollado en las últimas décadas para conseguir que estas pequeñas joyas hagan todo lo que hacen. Estas cámaras son milagros de la ciencia aplicados a la fotografía práctica y están diseñadas por personas que demuestran unos conocimientos enormes en sus respectivos campos. Admiro la capacidad de estas personas y creo que es precisamente esta admiración la que hace que me sorprendan tanto las burradas que a veces perpetran al diseñar una cámara o algún otro dispositivo fotográfico.
Y es que a veces no me lo puedo creer cuando veo una nueva metida de gamba en la novedosa cámara del fabricante “X” (Dónde “X” = todos los que conozco) ¿Cómo es posible que un equipo de genios tome la peor decisión al elegir el modo en que debe trabajar una determinada función? La respuesta más obvia es que son ingenieros capacitados, lo cual no implica que al mismo tiempo tengan que ser fotógrafos capacitados, ni siquiera que deban ser fotógrafos mediocres. Pero la coartada es demasiado débil: si no tienes los conocimientos necesarios de fotografía práctica, lo lógico es que te asesoren fotógrafos que sí tengan estos conocimientos. Uno tiende a suponer (Yo también, aunque no pondría la mano en el fuego), que las marcas tienen a estos asesores fotográficos, pero entonces ¿Dónde está el problema? ¿Es que no les hacen caso? Porque a veces lo parece…
Ejemplos hay muchos, y muchos más que seguro desconozco, porque con el número de modelos de cámaras, lentes y flashes que existen hoy día en el mercado, difícilmente puedo aspirar a trastear más que un pequeño porcentaje de los aparatos fotográficos disponibles. Aun así, me da para una pequeña antología de errores de diseño, que quizás sería más correcto denominar errores de concepto en la mayor parte de los casos:
Nikon y sus flashes para masoquistas. Lo pongo primero, porque creo que fue intentando averiguar cómo demonios funcionaba el flash Nikonos SB-103, cuando perdí mi inocencia respecto a los diseñadores de la marca (Marca sagrada para los fotosubs por aquel entonces, hace más de 20 años). Cuando tuve por primera vez uno en mis manos, me quedé un rato mirando el selector de potencia. No me cuadraba; tenía una posición para “Full”, otra para 1/4 y otra para 1/16 ¿Por qué no estaban 1/2 y 1/8? Tras indagar un poco averigüé cual era el brillante razonamiento de los diseñadores del aparato: se suministraba como accesorio un filtro difusor que teóricamente restaba un punto (EV) de potencia al flash y la genial idea era que de este modo el flash disponía en realidad de ¡6 potencias! Que son:
1.Full
2.Full + difusor
3.1/4
4.1/4 + difusor
5.1/16
6.1/16 + difusor
Brillante, no… ¡Brillantísimo! Aun hoy día me pregunto quién sería el genio que pensó que un flash se podría usar así en el mundo real. Aquí no acaba la cosa, ya que Nikon sacó sus siguientes modelos (SB-104 y SB-105) exactamente con el mismo concepto. Lo cierto es que se vendieron un chorro de SB-XXX, que no deja de ser la demostración de que en el país de los ciegos, el tuerto es rey, aunque también puede que demuestre que la mayoría de fotógrafos submarinos de la época no tenían ni idea de para qué servía en realidad tener distintas potencias en un flash.
Para seguir con Nikon y sus esfuerzos submarinos, tenemos el caso de la Nikonos IVa, o cómo pegarse un tiro en el píe diseñando a la sucesora de la Nikonos III, que era una cámara de merecido éxito. Pues bien, a Nikon no se le ocurrió otra cosa que hacer una cámara con exposición automática… y quitar la exposición manual que tenía su antecesora. Estupendo. Si con el limitado rango de velocidades de obturación de la Nikonos III era complicado trabajar con luz mixta, llega el fiera de turno y decide que la “moderna” Nikonos IVa tenga una única velocidad utilizable con flash. Si señor. Igual pensaron algo parecido a lo de los flashes. “Total, si los fotosub no saben ni para que sirve la velocidad de obturación ¿Por qué vamos a poner más de una?”
Antes de que alguien diga que le tengo manía a Nikon, voy a darle leña a la competencia, es decir, a Canon. Si con lo flashes SB-XXX Nikon inventó la persistencia en el error, no cabe duda de que Canon la perfeccionó con sus cámaras compactas de gama alta. La serie G ha sido el tope de gama desde el año 2000 (G1) y ya va nada menos que por la G16 (Aunque nunca existió una G4, G8, G13 ni G14… cosas de las marcas niponas y sus curiosas nomenclaturas). No conozco todos los modelos, pero al menos en los últimos 8, el modo TTL del flash no está disponible si ponemos la cámara en exposición Manual ¿Por qué este curioso comportamiento, que no comparten las réflex de la misma marca, ni las cámaras avanzadas de otros fabricantes? Después de pensarlo detenidamente (8 modelos dan mucho tiempo para pensar), he llegado a la conclusión de que no tengo ni idea. Sería un detalle que alguien me explicara la utilidad o conveniencia de no poder usar el flash en TTL cuando se expone manualmente, por que yo no lo pillo. Tampoco ningún fotosub con el que haya hablado del tema lo pilla, pero Canon debe saber algo que nosotros no sabemos, porque de lo contrario sería inexplicable que repitieran el mismo diseño año tras año ¿No?
Siguiendo con Canon y los flashes, había otra particularidad de sus cámaras réflex que ha irritado a toda una generación de fotosubs canoneros: no poder seleccionar sincronización a la cortinilla trasera a menos que se use un flash externo Canon. Otra genialidad. Alguien me apuntó que estas cosas se hacían para motivar al fotógrafo a comprar los flashes de la casa, pero lo que es a mí, en todo caso me motiva a no comprarme una réflex Canon. También existe la posibilidad de que los genios de la marca pensaran de modo parecido a los genios de la Nikonos IVa “Total, si los fotógrafos no saben ni lo que es un barrido, para qué les vamos a poner sincronización a la segunda cortinilla”, aunque han debido cambiar de opinión, porque las Canon actuales sí que permiten usarla.
Y, para que veamos lo muy distinto que puede pensar un diseñador de otro, el caso contrario al no-TTL de Canon lo tenemos en Sony: sus cámaras NEX no pueden disparar el flash en modo manual: o TTL, o nada. Ojo, que hablamos de cámaras que rondan los 1000 Euros en el caso la NEX7. A Sony seguramente les parecerá una chorrada, o quizás piensan: “Total, si los fotógrafos no saben usar el flash en TTL, ya no te digo en manual”, pero a los fotosubs les hace poca gracia el tema. Unos amigos tienen la NEX5 y se las ven pardas para fotografiar un pez en movimiento: pasa tanto tiempo entre el pre-destello del TTL y el disparo, que el pez ya está en otra zona de buceo. Incluso es nefasto para peces estáticos, porque el pre-destello muchas veces los asusta y pegan un saltito. Eso sí, mis amigos tienen una bonita colección de peces lagarto despegando.
Ahora un poco de cera a la cámara que uso actualmente, que aquí no se escapa nadie. La Olympus OM-D EM-1 es la cámara más configurable y con más funciones que haya trasteado nunca con mucha diferencia sobre la segunda, pero eso no la salva de los procesos mentales no-fotográficos de sus diseñadores, incluso en la cosas más simples. Por ejemplo, borrar una foto es algo simple ¿No? Pues para Olympus no. Para ellos puede ser dos cosas (Eso sí, seleccionables en el menú): o un riesgo suicida (Aprietas un botón por error y la foto de tu vida ha sido borrada), o es una compleja operación de precisión en la que tienes que apretar 3 botones distintos en secuencia (Si crees que no es para tanto, prueba con la caja estanca bajo el agua y luego me cuentas) ¿Tan difícil es hacer como Nikon y que una foto se borre pulsando 2 veces el botón “borrar”? Sencillo y seguro al mismo tiempo. Otro ejemplo en la misma línea ¿Para que sirve el testigo de flash en el visor de una cámara? Para saber cuándo ha cargado el flash después de un disparo, sin tener que quitar el ojo de la acción. La cosa es muy, muy simple: si el testigo está apagado, el flash no está listo. Si el testigo está encendido el flash está listo. O burro, o burra. Pero ¡No contábamos con el Genio Diseñador de Olympus! Para él, hay que poner el testigo a parpadear lentamente cuando el flash está cargando y así el fotógrafo se tiene que quedar mirando como un idiota al testigo de las narices hasta que consigue descifrar si está apagado, si está encendido o si es que está parpadeando lentamente ¡Gracias Genio Diseñador de Olympus! ¡Has conseguido enseñarnos que es posible complicar inútilmente hasta las cosas más meridianamente simples! Probablemente, ha sido el mismo genio que decidió que, teniendo la cámara el menú de configuración con más páginas del mundo, cuando seleccionas alguna función del menú y vuelves a entrar en él, apareces de nuevo en la pantalla inicial. Pero hombre ¿No se te ha ocurrido pensar que si estoy en una determinada página del menú, es porque quiero estar ahí?
Ahora mismo no se me ocurren más cosas y este post se está volviendo un poco largo. Otro día le tocará el turno a los fabricantes de cajas estancas y flashes submarinos, que también tienen su miga. Mientras tanto ¿Qué fallos de diseño le encuentras a tú cámara?
Un tema interesante Carlos, y me tocas de lleno porque me dedico exactamente a eso 🙂
Los diseñadores de experiencia de usuario o diseñadores de interacción, y antes que nosotros los diseñadores industriales, somos el engranaje entre los usuarios y los ingenieros. Nuestro trabajo consiste, entre otras muchas cosas, en trasladar al equipo de ingeniería las necesidades de los clientes y colaborar en el proceso de diseño haciendo usables y comprensibles los productos.
No es una actividad realmente nueva, pero con la llegada de lo digital a tantos campos de la vida nuestra actividad se está extendiendo mucho, a veces con más éxito que otras…
Me ha encantado el post y espero con ganas el de las carcasas 🙂
¡Gracias Nacho! 🙂
Me llevo una alegría con tu comentario ¡Sabía que teníais que existir! Pero hasta ahora solo eran rumores 😉
El día que os hagan caso los fabricantes de cámaras ¡Ya va a ser la hostia!
Un abrazo,