Maldita absorción
En fotosub, la luz que dibuja nuestras imágenes, provenga del sol o de una fuente artificial como el flash, debe recorrer una distancia a través del agua para llegar hasta la cámara. El líquido elemento actúa como un filtro que va eliminando progresivamente los colores cálidos (rojos, naranjas, amarillos…) presentes en la escena, dejando solo tonos fríos (azul, verde, añil…). Si la luz recorre suficiente distancia, nuestra fotografía solo tendrá tonos azulados. Sabemos que este es el principal motivo de que utilicemos luz artificial y que además lo hagamos desde corta distancia: no se trata de usar una luz “especial” inmune al filtro del agua (eso no existe), si no de acercar una fuente de luz similar al sol, acortando el recorrido de los rayos luminosos y minimizando la pérdida de color. Esta es sin duda la mejor solución posible, aunque no sea perfecta: solo nos permite iluminar escenas cercanas y crea problemas de suciedad en las fotos cuando el agua tiene muchas partículas en suspensión o reflejos sobre peces de escamas plateadas. También podríamos añadir que la luz artificial asusta a algunos animales, un problema serio cuando usamos focos y mucho menos evidente si usamos flashes.Filtros
En nuestra entrega número 10 hablamos de cómo un balance de blancos correcto nos permite obtener unos buenos colores con luz solar a poca profundidad. También explicamos por qué esto no es suficiente cuando la profundidad aumenta, dejando la puerta abierta a mejorar los resultados mediante filtros correctores de color ¿Son entonces estos filtros la solución que devolverá los rojos y amarillos a nuestras imágenes?
Para contestar a esta pregunta, creo que es mejor empezar diciendo lo que NO son los filtros correctores: lamentablemente, no son un sustituto de la luz de flash. Un flash no solo devuelve los colores naturales de nuestro sujeto (entendiendo esto como los colores que tendría dicho sujeto si lo observásemos fuera del agua), sino que además ilumina las zonas que no reciben la luz del sol, bien por ausencia de esta (en una cueva o en un buceo nocturno) o bien porque algo hace sombra a lo que queremos iluminar (el ejemplo más evidente sería un sujeto con el sol a la espalda y por tanto a contraluz). Diciéndolo de un modo más refinado, la luz artificial a corta distancia nos permite decidir libremente en cada situación qué partes de nuestra escena cercana deben estar iluminadas (y con cuanta intensidad) y cuáles no. Con luz solar, por mucho filtro que usemos, siempre estaremos a expensas de las condiciones luminosas particulares de cada instante y de su balance de luces y sombras.
Gracias al filtro de conversión, los colores del fotosub en esta imagen realizada a -5m son correctos, sin perder el azul de fondo. Solo echamos de menos el flash para rellenar las sombras en el rostro
Si no sustituyen al flash, entonces ¿cuál es su utilidad? Pues que nos permiten mejorar los resultados en situaciones que representan un problema para el uso de flashes: supón que quieres realizar una toma casi cenital de un pecio entero que reposa sobre un fondo de 20m. A pesar de que llevas una lente angular “ojo de pez” y el agua está transparente, para meter el pecio completo en el encuadre tienes que alejarte a más de 10m y tu flash no aporta prácticamente nada de color a esa distancia. Estás condenado a una foto limitada a tonos de azul a menos que eches mano de un filtro corrector de color.
Una toma realizada en muy malas condiciones: 20m de profundidad, baja luminosidad y muy mala visibilidad en agua verde llena de materia orgánica. El uso de un filtro para aguas verdes permitió realizar una toma que refleja muy bien la semitransparencia de los corales y que no hubiera sido posible con flash. Vemos que los naranjas están sorprendentemente bien representados para esa profundidad, así como otra característica de un Magic-Filter para aguas verdes: el color del agua tiende al azul
En esta ampliación al 100% de una parte de la imagen podemos apreciar uno de los problemas asociados al uso de filtros: el Balance de Blancos radical, necesario para una toma a tanta profundidad, sumado a la alta sensibilidad (ISO 800) utilizada para compensar la perdida de luz debida al filtro, provocan un ruido digital evidente en la imagen
Aun trabajando a distancias más cortas, fotografiar con luz solar y filtro puede darnos mejores resultados que un flash si el agua está terriblemente sucia: los reflejos de la luz de flash en las partículas pueden arruinar totalmente una toma realizada con un angular a unos pocos metros de distancia. En un agua tan turbia, puede que obtengamos una imagen más aceptable apagando los flashes y colocando el filtro corrector: más vale una foto de un tiburón con algunas sombras que no deseamos, además de menos color y contraste, que un colorido muro de reflejos en fango flotante que no dejan ver al tiburón…
Un buen ejemplo de una imagen en la que el flash no aportaría nada, ya que la escena es demasiado amplia para iluminarla artificialmente. A pesar de los correctos tonos del fondo y el azul, también observamos algo habitual al usar filtros: si incluimos la superficie, esa zona adquiere una dominante magenta
¿Cómo funcionan?
Los filtros correctores hacen el efecto contrario al agua: filtran (sustraen) los colores fríos para conseguir aproximar su intensidad a la de los menguantes colores cálidos, de modo que el sensor pueda registrarlos todos en la imagen. Como la intensidad del filtrado del agua cambia con la distancia, es lógico pensar que también la intensidad del filtro corrector debería cambiar del mismo modo, pero como eso no es práctico (en muchas cámaras el filtro va colocado dentro de la caja estanca y por tanto no tenemos ni siquiera la opción de quitarlo bajo el agua), llevamos siempre el mismo filtro y en su lugar adaptamos el balance de blancos a cada situación. Lo que sí hacemos es seleccionar el tipo de filtro en relación a las condiciones del agua en la que fotografiamos, así que debemos usar un filtro diferente para aguas azules que para aguas verdes.
Hallar el balance de blancos más adecuado es lo más complicado del uso de filtros correctores. La mayor precisión la obtenemos realizando un balance de blancos manual con nuestra cámara (si esta lo permite) antes de realizar tomas a una determinada profundidad. Muchas veces no es una operación sencilla, ya que solemos carecer de un punto de referencia neutro sobre el que hacer el balance. También podemos optar por utilizar un BB automático y de hecho hay filtros específicamente diseñados para tal fin, como el Auto-Magic de Magic Filters, especialmente adecuados para cámaras compactas sin posibilidad de realizar balance manual. En cualquier caso, uses manual o automático, prepárate para afinar el BB a posteriori durante la edición. Si tu cámara permite grabar en formato RAW no dejes de usarlo, ya que los resultados serán bastante mejores, y más fácil llegar a ellos, que partiendo de un jpg.
Una pregunta frecuente es si podemos usar al mismo tiempo flashes y filtros correctores. La respuesta simple es que no, ya que los sujetos iluminados con el flash a corta distancia aparecerán de un color rojo tomate si aplicamos el balance de blancos adecuado para la luz solar. Si queremos complicarnos la vida un poco más, la respuesta sería “quizás”, ya que en teoría sería posible usar el flash en determinadas situaciones que se resumen en una condición: cuando las temperaturas de color de la luz de flash y de la luz solar al llegar al sensor sean similares ¿Complicado? Lo es. Un ejemplo sería fotografiar un pequeño pecio iluminándolo con flash desde una distancia de 10m y a una profundidad de -10m. Como el recorrido de las fuentes de luz es el mismo, no tendríamos problema... pero es fácil darse cuenta de que el ejemplo es bastante rebuscado. Otro enfoque sería el de filtrar la luz del flash para que resultase similar iluminando a corta distancia, que la luz solar que llega a la cámara desde superficie, pero eso requiere poner un filtro azul de gran intensidad, aun fotografiando a una profundidad moderada, además de tener que cambiar de filtro al variar de profundidad. Difícil, aunque no deja de ser un campo abierto a la experimentación.
Para esta fotografía, realizada a unos 12m de profundidad, se realizó un BB manual sobre la arena coralina en primer término. Aunque no exacto, el resultado fue suficientemente bueno y requirió solo pequeños ajustes en la edición del RAW
Consejos de uso
Aunque parezca que prescindir del flash facilita las cosas, lo cierto es que conseguir buenos resultados con filtros correctores no es tan fácil como pueda parecer y requiere prestar atención a bastantes cosas:
• Pérdida de luz: El filtro realiza una sustracción de las longitudes de onda que forman los colores fríos, lo cual supone una pérdida de la luminosidad que hay que corregir aumentando la exposición. La pérdida es bastante notable y puede rondar los 2 ó 3 Valores de Exposición respecto a la misma situación sin filtro. Dependiendo de la situación, puede que necesites subir la sensibilidad en cámara para poder trabajar con aperturas y velocidades adecuadas. Los sistemas de autoenfoque también se vuelven más “perezosos” por la pérdida de luz.
• Balance de Blancos: no hay mucho que decir sobre los filtros que pueden usarse con balance automático, salvo que suelen funcionar bastante bien para ser un automatismo. Si tienes la posibilidad de utilizar balance manual, lo primero es que te familiarices con el procedimiento para hacerlo con tú cámara (Por una vez, léete el manual). Lo más importante en un balance manual es encontrar una zona lo más neutra posible sobre la que realizarlo: yo a veces lo he hecho sobre arena coralina o rocas, e incluso una vez sobre la porcelana blanca de un retrete de un pecio, pero lo ideal es llevar una cartulina neutra resistente al agua para tomar la lectura. Con una lente tipo ojo de pez será muy difícil (la cartulina puede ser minúscula en el encuadre), aunque en este caso podemos optar por incluir la cartulina dentro de la escena en la primera toma y luego usar dicha cartulina como una referencia neutra para la herramienta que sirve para establecer un punto gris neutro en el interpretador RAW. Solo habría que copiar el BB resultante de esa imagen en el resto de fotografías de la misma serie (hechas a la misma profundidad) y obtendríamos unos colores naturales con poco esfuerzo.
• Dirección de la luz: los que están acostumbrados a fotografiar con flash, tropezarán con un hecho bastante frustrante al fotografiar con filtros: ya no tenemos una luz artificial que nos permite rellenar sombras a nuestro antojo. La posición del sol pasa a ser fundamental y siempre tendremos que buscar situarlo detrás nuestro si no queremos que los sujetos tengan más sombras de las que pretendemos. Olvídate de tomas a contraluz o apuntando a superficie.
• Limitaciones: no esperes fotografiar con filtros a grandes profundidades. De donde no hay no se puede sacar y los colores cálidos se pierden inexorablemente con la profundidad, así que cada vez tendrán menos presencia en nuestra fotografía a medida que descendemos, aun a pesar del filtro. Con los filtros modernos y un uso adecuado del BB, yo diría que el límite razonable está próximo a los 25m, siendo esperables resultados mucho peores que a la mitad de esa profundidad, donde los filtros funcionan francamente bien. La regla siempre debe ser “cuanto más cerca de superficie mejor”, no solo por lo que hemos dicho, si no porque mayor profundidad implica también el empleo de un BB más “radical”, que generará un empeoramiento de la calidad de imagen al aumentar el ruido digital de un modo similar al producido por un aumento de la sensibilidad en cámara. Si vamos a fotografiar en aguas muy someras, por encima de -2m, yo quitaría el filtro directamente.
A la izquierda vemos la diferencia de color entre un filtro para aguas azules y otro para aguas verdes, ambos con rosca de 67mm de la marca Fantasea. En el centro un filtro para aguas azules de Howshot diseñado para ajustarse a las lentes angulares INON UWL-H100 y a la derecha un Magic-Filter colocado en la trasera de un angular para cámaras réflex
Tipos de filtros
En el mercado hay varias marcas que fabrican filtros correctores de color para fotosub: Magic-Filters, URPro, Ikelite, Fantasea, Howshot y otros. No confundas los auténticos filtros correctores con otros filtros que no son más que un plástico de color rojo, pero que algunos desaprensivos comercializan como filtros para fotosub. De hecho, el color de un filtro corrector para aguas azules suele aproximarse mucho más al naranja, que al rojo, y uno para aguas verdes va de un naranja oscuro al magenta. Lo primero que debemos tener en cuenta es que tipo de filtro necesitamos para nuestro equipo:
Externo: generalmente un filtro de material plástico rígido montado en un soporte con la rosca adecuada, aunque a veces la montura se adapta al exterior de determinados frontales o lentes angulares sin rosca. Es el filtro más usado con cámaras compactas y tiene la enorme ventaja de que se puede poner y quitar bajo el agua, lo cual nos permite alternar entre fotografiar con flash y sin él. El problema que solemos encontrar es que no podemos usar el filtro cuando colocamos un conversor angular a la caja estanca, que es precisamente cuando más partido podemos sacar de la fotografía con luz natural + filtro.
Interno: pueden ser rígidos o de material flexible en láminas y no están diseñados para estar en contacto con el agua. Se usan en el interior de la caja estanca, bien enroscados en el frente de la lente, o bien colocados en la parte trasera de la misma (entre la lente y el cuerpo de la cámara). Generalmente se usan con cámaras de lentes intercambiables y el montaje trasero está pensado para lentes superangulares, ya que la curvatura de su lente frontal no permite enroscar un filtro tradicional. Lo malo de este sistema es que no pueden cambiarse bajo el agua, lo cual obliga a realizar toda la inmersión con luz solar + filtro.